
La investigación clínica se enfrenta a un enemigo silencioso que provoca que la mayoría de los estudios “mueran por extenuación” antes de ofrecer resultados: la falta de foco y de relevancia práctica. Esta fue la advertencia lanzada por el catedrático de Medicina, Javier Bermejo Thomas, quien instó a la comunidad científica a abandonar la “pesca” de datos masivos para centrarse en una sola pregunta con verdadero impacto para el paciente.
En este sentido, Bermejo lanzó una interrogante que él mismo resolvió señalando que “¿De qué sirve tener tres millones de variables si no sabemos cuál es la principal? El principal ejercicio es reducir el proyecto a una X y una Y”, sentenció el investigador durante la conferencia "Ejecución de Proyectos de Investigación en un Hospital".
Bermejo Thomas advirtió de que la búsqueda de datos sin un objetivo claro y la falta de relevancia para el paciente condenan los proyectos antes de empezar. “Hay que tener muy claro a qué vais”, insistió ante los asistentes, en su mayoría investigadores.
La intervención se produjo en el curso De la Idea al Artículo: Una introducción práctica a la Investigación Clínica, que dirige el propio Javier Bermejo, una de las figuras más relevantes de la Medicina española como jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón y Director Científico del CiberCV.
Asimismo, el ponente desmitificó el proceso científico, asegurando que el éxito no reside en complejas fórmulas estadísticas, sino en la viabilidad y el sentido común. Al mismo tiempo, el catedrático criticó los proyectos que nacen abocados al fracaso por objetivos de reclutamiento inalcanzables. “Empiezas a meter 100 pacientes, metes 50, no te sale nada, has perdido dinero y tiempo. Eso es así”, afirmó.
Según el profesor, es fundamental distinguir la significación estadística de la relevancia clínica. Al respecto, Bermejo explicó que un fármaco puede demostrar una mejora estadísticamente significativa pero clínicamente irrelevante, lo que no justifica su uso, y señaló que “hay que preguntarse: ¿cuántos pacientes tengo que tratar para que esto sirva de algo?”, recalcó.
Para superar estos escollos, Bermejo Thomas defendió el uso de variables combinadas o subrogadas, como una “solución de compromiso” inteligente y práctica que permite obtener resultados con estudios más pequeños y realistas, sin necesidad de esperar a eventos como la muerte, que pueden tardar años en manifestarse en un número suficiente.
El jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón finalizó haciendo una llamada al pragmatismo: el diseño de un estudio debe ser una balanza equilibrada entre el rigor estadístico, la factibilidad económica y logística, y, por encima de todo, una respuesta clara a una pregunta que realmente importe, finalizó.